Por: Olivia García Luna

En esta temporada donde se observa a la muerte desde la celebración, el ritual o la propia experiencia, percibe más a detalle este proceso de transformación en tu interior.

Hoy es un día también para recapitular todas las veces que has muerto en esta vida para darte oportunidad de experimentar otra versión diferente de ti; a esto lo llamo “muertes chiquitas”; esas que a veces las etiquetamos como confusión, tristeza o desgano y que realmente son ensayos de tus “YO” que mueren en pedacitos para remarcar aquello que te aburre, te enfrenta con lo que no te gusta de ti y pide a gritos una metamorfosis, que te ayuda a reconocer que ya no puedes ser el mismo de ayer.

¿Cuántas creencias, personas, lugares y cosas materiales has dejado atrás para ser quien hoy eres?
Aunque todos tenemos miedo o incertidumbre ante la muerte, este proceso lo llevamos experimentando desde nuestro primer día de vida. Es más familiar de lo que crees, es un reflejo tan vital como inhalar y exhalar. Es la posibilidad de morir cada día para renacer en una nueva oportunidad de reconciliarte con todo aquello que te impide abrazar la vida tal y como es.
Estas muertes chiquitas aclaran tu camino y te preparan para cuando llegue el día en donde te desvistas de tu cuerpo, renuncies a tu YO para regresar con gozo al NOSOTROS, a ese universo infinito donde todo puede volver a pasar…