Por Psic. Zamara Bustos Islas

¿Comprometido con la monogamia?
¿Comprometido con el romanticismo?
¿Comprometido con algún ideal? o ¿comprometido contigo mismo?

¿Comprometido con mantener algo igual en la historia: el concepto de las relaciones?
¿Comprometido con cumplir las expectativas de las relaciones, esas expectativas que, tal vez, ni siquiera eran tuyas en un principio?

Hablar de relaciones normalmente nos remite al pasado, ¿cómo han sido tus relaciones? ¿Cómo han sido en tu ambiente cercano, o bien, en la historia, en la sociedad, etc.?

De pronto, hasta traemos cargando las relaciones como el contrato que se hacía en la Edad Media para asegurar los patrimonios y asegurar que las criaturas fueran verdaderamente concebidas en esa relación, o como un negocio ‘perfecto’ y ‘conveniente’. Todo cambia, me pregunto, ¿en qué momento dimos fin a eso? y ¿en qué momento nos mandan la notificación de que eso ya no es requerido?
¿Será que ya podemos soltar ese peso histórico, ese pasado?

Hay ahora en todo nuestro ambiente nuevas herramientas, nuevas tecnologías y sobretodo una nueva forma de entender al mundo, si no dejamos que nuestras relaciones evolucionen a la par y lo reconocemos, ¿qué nos espera?

Así que aquí una invitación a observar el tema y a observarte de una forma distinta. ¿Qué sabemos del futuro de las relaciones? y ¿qué puede ser distinto aquí?

La única relación monógama (mono~ solo / único) es con una persona, ¿cierto?
En una relación monógama entonces, ¿qué estás definiendo? Sería entonces, en pareja uno importa; tú, o el otro y tú quedas descartado. Claro tal vez eres de los que nunca les ha pasado (sarcasmo).

La idea es ir más allá de este concepto y qué tal que si vas a ser monógamo o monógama, es decir una relación con uno solo, ¿qué tal que ese uno solo, eres todo tú? Y si vas elegir estar en relación, que sea siguiendo tu verdad, lo que en verdad sabes de esto y lo que sí te funciona.

Tratamos de ver cómo son las relaciones, cómo funcionan, qué se hace, qué no se hace; esas son nuestras preguntas; aquellas que nos condenan a repetir.
¿Cuánta energía has invertido en adaptarte a eso, o en ir en contra de eso?

¿Qué tal que hay otra opción?
Sí, hay preguntas que nos llevan a otras posibilidades.
Podemos empezar por preguntarnos realmente ¿qué nos funciona? y ¿qué funciona más para el mundo? Ahora mismo – momento presente-
Aquí vamos…

Si dejáramos de basarnos en un pasado, eso incluye hace 5 segundos.
Si reconocemos que las relaciones no se tratan más de sobrevivir, sino de crear y mejorar; si reconocemos que no se trata más de esclavizar y mantener, si no de elegir, y que no se trata más (y díselo a tu inconsciente por favor) no se trata más de sufrir, de aguantar, sino de disfrutar, descubrir y mejorarlo todo.

Antes las relaciones se terminaban si alguno moría, ahora se terminan si el amor se termina o el sexo se termina, es decir, si el gozo se termina. Ah por cierto, este concepto de terminar, también es comprado, las leyes científicas nos dicen, nada termina, solo se transforma.
Y en mis palabras diría: nada está roto, solo surge una nueva verdad. No es que se rompa la confianza, es que hay un nuevo saber, o un nuevo reconocimiento de lo que ya sabías y que no está mal y no está bien, solo es nueva información que probablemente te trae nuevas elecciones.
¿Cómo te puede funcionar ahora?

También algunas relaciones se ‘terminan` en busca de algo mejor.
Puede todo mejorar, en efecto; sin embargo, termina porque por un lado sabes que hay algo que siempre puede mejorar, siempre hay más, es un universo infinito y expansivo, ¡claro! Siempre hay más, tú lo sabes.
Solo que, por otro lado te dijeron también y te compraste la idea de que hay alguien ideal, perfecto(a) y para siempre, la idea de que hay un alma gemela, con quien vas a dejar de buscar más y estarás por fin en paz. ¡Mentira!
Primero, tú también eres infinito y expansivo, siempre habrá más…
Y ese estar en paz, se parece al : descanse en paz…
No sé tú, pero mi punto de vista es que si estás aún leyendo esto es porque no nos gusta estar en ‘paz’, nos divierte estar buscando, moviéndonos y nos gusta encontrar algo distinto.

Entonces, temo decepcionarte, pero desde mis años de terapeuta, que por cierto, ya son más de 11, y desde mis diferentes relaciones, no existe ese ser perfecto utópico, que ni siquiera te gustaría encontrar porque además, en un corto rato, te daría flojera que fuera tan perfecto/a.

La buena noticia es, que sí existe alguien que vale más la pena conocer que a todo el mundo, y ese alguien es: una nueva y mejorada versión de ti mismo.

¿Fresco, no? Eso refrescaría cualquier relación, tu relación con tu cuerpo, tu relación con tu negocio, tu relación con el planeta, y un gran etc…

¿Cómo disfrutarás más tu vida? ¿Cómo te gustaría conocerte más? ¿Qué es eso que puedes descubrir en ti, que podría refrescar tu vida y todo lo que tu vida incluye? Si, también incluye relaciones y muchísimas.

¿Cómo vas a gozar más una relación? Entre más goce tengas de ti, entre más seas el gozo andando.
Muchas veces, si las relaciones terminan, es por querer descubrir un nuevo YO.
Siendo así, no es nada personal.
Muchas veces no tiene que ver con que se haya terminado el cariño o el sexo, sino, con un mal entendido en todo lo que tenías que ser o dejar de hacer para acomodarte en la cajita llamada ‘relaciones en esta realidad’. Tiene que ver con lo que te contaban que era estar en una relación, no porque te preguntaras quién eres y qué es lo que es verdad para ti, qué sabes de crear una relación, ese saber no lógico, es ese saber más allá, que vive en todo tu ser, que si lo preguntaras y si lo reconocieras, sin duda, contribuirá a todos los demás.

Muchas infidelidades y separaciones son a partir de querer encontrar un nuevo yo, de encender lo que amas de la vida nuevamente, la aventura, la curiosidad, la sorpresa, el asombro, la novedad, y todo esto que probablemente murió. Si, murió, y no a causa de alguien o algo más; la otra persona o por la sociedad, no, murió en el momento que decidiste, concluiste y definiste lo que es una relación; y cuando decidiste y concluiste quién eres en una relación. Ahí, en ese punto, compraste una caja, de una realidad limitada, el ataúd de las posibilidades que tenías disponibles. Murieron y mueres en la necedad de ponerte y poner tus relaciones en un concepto ‘relación’, ‘monogamia’, ‘estabilidad’, etc.; en lugar de descubrirlo y reconocerlo como una experiencia viva, ponerlo en una pregunta, donde se abrirían más opciones, espacios, movimientos y no se cerraría al juicio.

Bueno, sé que suena muy grave y dramático pero no es así, como dije, todo cambia, solo elige, ¿será el momento de elegir algo diferente?
Y con toda esa misma energía, ¿qué tal que explotamos ahora las nuevas posibilidades?

A la vez eso que te hace sentir vivo de nuevo y apasionado por la vida no es alguien más o algo más. Es el nuevo reconocimiento de quien eres ahora, quien eres fuera de toda definición y elegir desear lo que va a crear más en tu vida, en tu cuerpo, en ti y ¿qué crees? ¡En el mundo!

Las relaciones y el sexo, no es algo que se hace o se tiene.
Son un constante descubrimiento, como cuando vas a una nueva ciudad, a un lugar en el mundo
Así como tú mismo, no eres lo que dices, no eres lo que haces, ¡eres mucho más! No eres un concepto o una materia, eres energía, insaciable, imparable e infinita.
Así las relaciones, son experiencia, energía, vida, movimiento.
Son ESPACIO.
¡Es conocer un nuevo lugar, además uno enorme e interminable!

Este nuevo espacio entre relación, intimidad y erotismo, es posible

Un baile en el espacio que eres y en el espacio del otro o lo otro, es cosa de atreverse a recibir. Es permitir, jugar, explorar, un baile donde estos elementos resuenan y se manifiestan. La calma, la expansión y la gratitud están incluidos. Gratitud en lo que nos acompañó antes, gratitud en lo que es y se recrea ahora hacía la novedad que se asoma constantemente.

Entonces un nuevo y gran espacio:
La vida de una erótica poesía podría asemejarse a esto:
Soy espacio, ¿qué eliges jugar a crear?